La conservación del rinoceronte y la Covid-19

UN AÑO DE RETOS PARA LA CONSERVACIÓN DEL RINOCERONTE Y SAVE THE RHINO

Como muchas organizaciones, Save the Rhino ha pasado un año complicado en 2020. La Covid-19 tuvo un impacto devastador en muchos países de África cuyas economías dependen en gran parte de del turismo. Sobre todo las reservas e instituciones para la conservación del rinoceronte y de otros animales, como la Uhmkuze Game Reserve en Sudáfrica donde tienen lugar los proyectos que apoyamos, pasaron de ser autosuficientes gracias a los ingresos del turismo a depender de subsidios del gobierno y de las donaciones de sus seguidores para poder sobrevivir.

De igual modo, las restricciones de movilidad han afectado al progreso de muchos programas que Save the Rhino coordina en países asiáticos con Vietnam o Indonesia. En estos programas, el apoyo técnico y veterinario es clave para asegurar la continuidad de las misiones de búsqueda y rescate de rinocerontes.

Como muchas reservas en África, el parque Hluhluwe-iMfolozi también sufrió el confinamiento. En este parque, muchos guardas (rangers), en lugar de volver a casa, decidieron quedarse ahí durante tres meses para poder seguir protegiendo a los animales del parque. Esto se traduce en que, durante esos meses, los rangers necesitaron material para protegerse del Covid además del equipamiento habitual que les proporciona Save the Rhino.

Sin embargo, el año 2020 no fue un mal año para la recaudación de fondos de Save the Rhino. A pesar de la pandemia la organización recibió un récord de contribuciones gracias a sus campañas para apoyar a los rangers en los parques y reservas de África y Asia.

EL EFECTO DEL COVID-19 EN LA PROTECCIÓN DE LA VIDA SALVAJE

Al principio de la pandemia, mucha gente vinculo el brote del virus con los mercados en los que se venden animales vivos en China. Aun así, en estos mercados se venden también todo tipo de productos frescos, no sólo animales vivos. Estas alegaciones dieron lugar a discusiones sobre el estado de las regulaciones sobre la relación entre los seres humanos y la vida salvaje y sobre cómo afecta al comercio de animales. Aunque algunas de estas alegaciones estaban mal fundadas, China sigue siendo el hogar de un gran número de especies animales. En este sentido, la situaciones creada por el brote del Covid ha animado a revisar y mejorar las normativas sobre la vida salvaje en China.

Pero en el caso de la conservación del rinoceronte estas revisiones no tuvieron demasiado impacto. Es bien sabido que una de las razones principales de la caza ilegal de rinocerontes es el el comercio ilegal de sus cuernos. En la medicina tradicional china, el cuerno de rinoceronte es conocido por sus propiedades curativas. Pero en realidad, esta creencia ignora el hecho de que el cuerno está formado por queratina, la misma proteína que se puede encontrar en las uñas y en pelo humano. A pesar de todo, las revisiones de las normativas chinas no hacen referencia explícita al comercio ilegal de cuernos de rinoceronte ni a la caza furtiva.

MENOS CAZA FURTIVA NO SIGNIFICA MENOS AMENAZAS

Los esfuerzos realizados por Save the Rhino en 2020 se reflejan sobre todo en el descenso de incidencias de caza furtiva. En 2015 se cazaba un rinoceronte cada 6 horas; ahora ocurre cada 12 horas. Desde 2015, el número anual de rinoceronte cazados en África bajó de más de 1.200 a unos 750 en 2019. Este descenso fue incluso más señalado en Sudáfrica, donde llegó a 514 en 2019. Las últimas estadísticas publicadas por el gobierno de Sudáfrica indican que 394 rinocerontes murieron por la caza furtiva en 2020. Aunque esta situación todavía es preocupante, las cifras muestran el descenso de la crisis de caza furtiva que África necesita. Sin embargo, debido a la presión que ejerce la caza furtiva en las poblaciones de rinocerontes, éstas han seguido reduciéndose en los últimos años. Según un nuevo informe de South Africa National Parks, sólo hay 3.529 rinocerontes blancos y 268 rinocerontes negros en el Parque Nacional Kruger, un bastión histórico para estas especies icónicas. Estas cifras reflejan la escala tan devastadora de la crisis de la caza furtiva en África.

Los datos recopilados año apunta a una disminución general de la caza furtiva y no tanto al fracaso de las incursiones en las reservas. Las circunstancias causadas por el Covid indican que el riesgo de ser detenido infringiendo el confinamiento fue un elemento disuasorio para los cazadores furtivos. En lugar de la caza, optaron por otras actividades como en tráfico de alcohol y de tabaco. Aun así, los rangers de las reservas han seguido enfrentándose a 6 incursiones de caza furtiva al día.

En general, las noticias de 2020 son positivas. Se espera que el descenso en la tendencia de la caza furtiva permita que las poblaciones de rinocerontes se recuperen y prosperen. El apoyo de aliados internacionales, como el Zoo de Madrid y la Fundación Parques Reunidos es importante para que Save the Rhino pueda seguir garantizando el apoyo, entrenamiento y equipamiento de los rangers para asegurar la conservación del rinoceronte.