Desde 1998, la temperatura del agua en el océano no ha dejado de subir, lo que no debe extrañarnos si tenemos en cuenta que los océanos han llegado a absorber hasta el 93% del calor contenido en los gases de efecto invernadero emitidos por el hombre. En 2016, un nuevo episodio masivo de blanqueo de corales afectó a varias formaciones de estos organismos constructores del arrecife de coral, entre las que destacaron los que se encuentran en las Islas Maldivas.
LA INMINENTE AMENAZA DEL PLÁSTICO
El peligro que representa el plástico para la conservación de la vida marina es indiscutible y el coral, al ser también un organismo vivo, no se salva de la amenaza. Un estudio publicado en la revista Science en 2018 estima que 11.100 millones de artículos de plástico están ya depositados y enredados en corales de todo el mundo. Y desgraciadamente esta cifra no hace más que crecer.
El daño que el plástico hace al coral es especialmente preocupante. Así como las tortugas marinas confunden las bolsas de plástico con medusas -su principal fuente de alimento- el coral también está ingiriendo microplásticos. La diferencia es que los arrecifes no sólo confunden el plástico con alimento, sino que además al coral “le gustan” algunos componentes químicos del plástico, por lo que su contacto con el es aún más peligroso.
EL ESPÍRITU PARQUES REUNIDOS EN MALDIVAS
Aunque los corales sean animales que se pueden recuperar rápido del daño, un estudio publicado por ONU Medio Ambiente indica que el momento actual es crítico para su supervivencia, ya que la contaminación y el calentamiento global son mucho mayores que en generaciones anteriores.
Gracias al apoyo de la Fundación Parques Reunidos, el Zoo Aquarium de Madrid y su conservador Pablo Montoto han podido participar en el proyecto del Meeresmuseum de Stralsund (Museo Oceanográfico de Alemania) y la asociación alemana Coral Doctors para impartir cursos de formación de restauración de arrecifes en las Islas Maldivas.